Tipo de investigación: Tesis de Licenciatura.
Año: 2018-2019.
Lugar: Mercado Central de San José.
Investigación conjunta con el Arq. Cristian León.
El Mercado El Mercado Central de San José es uno de los edificios comerciales más antiguos del Casco Central de San José. Por décadas, ha albergado algunas de las formas de venta más tradicionales de la capital, esto lo convierte en un lugar importante para la preservación de la herencia inmaterial de este cantón josefino. Los atributos arquitectónicos de este inmueble se manifiestan en dos estilos diferentes de construcción. Por una parte, se encuentra el sector norte y oeste, que fue construido entre 1875 y 1882; este pertenece a una corriente de construcción neoclásica, representada con un pabellón en forma de “U” y con arcos de medio punto como portales en las fachadas exteriores e interiores. Muchas de estas características han sido modificadas con el transcurso de los años, por lo que la lectura histórica del edificio es complicada. Posteriormente, en el sector norte-este y sur se construyó otro edificio, de porte modernista y de dos plantas, con estructura y paredes de concreto armado; este era parte de un proyecto municipal que no fue ejecutado en su totalidad. Las problemáticas visibilizadas son la sobrecarga visual de los espacios internos y fachadas, la invasión de pasillos con artículos comerciales, una composición heterogénea entre los comercios internos por tipo de uso, poca penetración de la iluminación natural y acumulación de olores. Estas son condiciones que afectan directamente la competitividad de los comercios hacia el interior y exterior del mercado; por lo tanto, se propone que la puesta en valor considere factores de arquitectónicos y comerciales. Puesta en Valor El rescate arquitectónico del edificio considera tres partes: (1) la redistribución de los locales internos, con el objetivo de estandarizar los tipos de uso y equiparar la competitividad interna; además de la eliminación del segundo nivel en algunos locales de comidas y tiendas. (2) Rescatar características patrimoniales presentes en la infraestructura, como las arcadas, los portales de ingreso, las ménsulas, los aleros, el zócalo del sector norte-oeste, las columnas y estructura de la cubierta, la ventanería del segundo nivel y la escultura de “El Cristo”. (3) La selección de una paleta de colores que contribuya con el entendimiento histórico del edificio; además de la estandarización de todas las obstrucciones visuales que actualmente imposibilitan la lectura arquitectónica. Sumado a esto, se reacomodaron las áreas y cantidad de comercios por cada tipo de uso; esto conllevó la disminución de locales, con el propósito de aumentar el tamaño de los restantes y los pasillos de circulación. Una consideración importante es ocultar al turista los sectores de servicio de los locales de comidas (sodas, carnicerías y pescaderías) con la finalidad de prevenir posibles derrames y olores de los pasillos. Para esto se propone crear una zona de carga y descarga que comunique estos comercios con un acceso directo desde el exterior del edificio; esto facilita la labor de importación de productos y evita el contacto de los alimentos crudos con el visitante. Estas son medidas tomadas como la propuesta para el mejoramiento estético y funcional del edificio, entendidas como la puesta en valor; lo que, consecuentemente, tiene sus repercusiones, presuntamente positivas, en la capacidad competitiva de la micro-economía interna y externa del Mercado Central de San José.
